lunes, 4 de octubre de 2010

Saber aceptar un no, y verlo como un no tirar la toalla…..muy duro para alguien que siempre ha conseguido cualquier cosa que se ha propuesto..¿cómo asimilarlo cuando siempre un no ha sido como un a lo mejor?
Tanta cabezonería y orgullo me hace imposible aceptar un no ha podido ser, un quizás el año que viene, o un quizás nunca…..y debería de ver que al menos tengo “un año que viene” que he conseguido algo que a pesar de no haberme esforzado he conseguido en su medida…pero no es suficiente. No quiero dejar a medias todos mis planes hechos, dejar a un lado todos mis sueños, haciéndolos esperar un año más. No quiero sentir como desperdicio un año más de mi vida.
Abrir los ojos y darme cuenta que estoy creando sentimientos en mi que no significan tanto, que el querer simplemente conseguirlo me hace engrandecerlos para darle más importancia a todo aquello que supuestamente quiero,. Y que lo más posible es que lo quiera ya más por mérito que por que sinceramente exista todo eso que creo que hay en mi. Y es que cuando no consigues algo, o más trabajo te cuesta tenerlo más empeño le pones. Recuerdo aun, el nacimiento del sentimiento de querer tener una videoconsola con tan solo cuatro años y como mis padres se negaban a regalármela. Yo insistía año tras año escribiéndola en mi carta de los Reyes Magos, esperando que ellos cumplieran mi deseo. Tal cual una niña llena de ilusión en la noche de reyes, madrugaba ansiosa abriendo regalos esperando encontrar entre ellos mi videoconsola, pero nunca la hallaba, encontraba entre ellos regalos que también deseaba, mis tradicionales libros Disney que tantísimo me ilusionaban, cada año uno diferente, pero nunca estaba ella, “mi videoconsola”. Y no fue hasta los diez años que me hice con una Nintendo y de las antiguas, pero era la niña más feliz del mundo, y esas ganas de jugar con ella tan sólo me duraron un verano, eso si levantándome a las ocho para jugar al mario, al lolos, y teniendo a mis padres detrás diciendo que parara, y mis dedos pulgares resintiéndose, por que acuérdense de lo duros que estaba aquellos mandos (creo que aun me quedan durezas). Pues tal y como recuerdo aquel deseo de tenerla, veo mi vida tal y como aquéllos años, y como a cualquier simple cosa que se me resiste no quiero parar hasta conseguirla. Por que esa videoconsola ha sido lo que más me ha costado tener en mi vida. Y no es por que simplemente haya sido una mimada toda mi vida, es que siempre que he querido algo he luchado hasta conseguirlo, pero nunca tardé tanto en ello.
Sé que tengo que aprender que no todo se puede conseguir, y que hay cosas que no se pueden cambiar, pero me resisto a pensar que al final volverán y yo ya no las desearé de igual manera y no las disfrutaré de la misma manera que lo haría ahora.

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