lunes, 4 de octubre de 2010

Supuestamente cuando se deja una relacion se te quita el apetito y pierdes peso, mi situacion parece que es al revés y que es cuando empieza a gustarme una persona, cuando el hambre se me quita, quizas me este alimentando del gusanillo del tonteo.

Y es que tengo un constante hormigueo en la boca de mi estomago, que se oprime cuando cualquier imagen de el me viene a la cabeza, a lo que le sigue consecuentemente un tiron de labios produciendo en mi el gesto de una sonrisa pícara.

Ultimamente tengo una sonrisa perenne en mi rostro, que se acentua si mantengo algun tipo de contacto con esa persona, que a mi pesar es solo hablar.

Me encanta pensar en otra persona, me encanta encender el ordenador tan sólo para ver si me ha escrito, me encanta esta incertidumbre, adoro el tonteo.

No estoy ilusionada, tan sólo me gusta conocerlo, cotillear sobre sus gustos, sus aficciones, compararlas con las mías, amoldar su forma de ser a la mía.
Me gusta que todo lo que haga me guste.

Me gusta el principio, la inocencia, el hormigueo, la sutileza de decir las cosas, la dulzura, los primeros roces, las primeras miradas, me gusta ruborizarme si me dice lo que quiero escuchar.

Me gusta su misterio, me impacienta no saber si me quiere ver, me gustan las indirectas, me gusta este sentimiento.

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