lunes, 24 de septiembre de 2012

¿Has sentido alguna vez que tienes millones de cosas en común con alguien y cuando empiezas a dejar de sentir parece que no tienes nada de qué hablar? Creo que esto es muy común entre el ser humano. Cuando alguien empieza a gustarnos parece que el día no tiene suficientes horas para hablar. Tú hablas con él cuándo te levantas, cuando desayunas, cuando te vas a trabajar, cuando tienes un descanso, cuando te estás cambiando, cuando vas a coger el autobús, cuando llegas a casa…y si alguien te pregunta que de que hablais todo el día. Tu respuesta es tenemos muchas cosas de las que hablar. Y piensa, ni siquiera con tu mejor amiga, a esa que le cuentas todo tienes tantas cosas que contarle. Tengo que apuntar también que con esto del whatsupp todo el mundo está informado en todo momento, no hay excusas para no escribirle a alguien la cosa que tan divertida que te acaba de pasar. Pero continuando con el tema, tú le escribes a este chico muy a menudo y viceversa, hablando de todo, planeando cosas que hacer, impaciente por verlo otra vez y el empieza a formar parte de ti y de ese círculo de amigos al que escribes cuando necesitas un poco de apoyo. Y yo creo que quizás para una mujer es más fácil tener el apoyo de un hombre, sentir su protección, que al fin y al cabo es lo que vamos buscando protección, alguien que cuide de nosotras, alguien más fuerte que nosotras o que al menos lo parezca. Para débiles ya estamos nosotras. Al fin y al cabo, se convierte en la persona con la que tienes más ganas de hablar por un tiempo. Un día esos sentimientos comienzan a desaparecer y las conversaciones se hacen más cortas, hablas con arrepentimiento y rabia, porque te das cuenta que todo está llegando a su fin. Intentas salvar la amistad, pero la verdad es que es un poco complicado porque de las 1000 palabras que tenías que decir antes, ahora se han reducido a monosílabos y aunque tu eches de menos las conversaciones hasta las mil de la noche, eres consciente de que esto no va a pasar nunca más. Muchas veces malgastas tu tiempo construyendo relaciones, porque al final cuando tu dejas de sentir pierdes interés por todas aquellas cosas que te interesaban en el pasado.

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